Cdmx.- 18 de agosto del 2025.- Elizabeth o “la negra” como es conocida en las calles de la colonia Doctores, asistió a la fiesta patronal que se celebra año con año en la alcaldía Cuauhtémoc, sin saber que tras una riña sería asesinada de un disparo.
Durante toda la tarde del domingo, sobre la calle Dr. Rafael Norma y sus alrededores, se vivía un ambiente festivo. La gente del barrio salió de sus casas para celebrar con música, alcohol, y cuetes a la virgen de San Juan de los Lagos. Sin embargo, al filo de las nueve de la noche, los ánimos cambiaron de tajo, de un momento a otro.
La música se vio opacada por gritos de auxilio, el baile se vio interrumpido por una estampida de gente que intentaba escapar del lugar.Todo empezó con una discusión en la carpa, donde, se presume la negra vendía micheladas. Según los primeros reportes, el asesino, un hombre de 35 años, el cual ya fue detenido.
Se acercó al local para pedir una bebida y en cuestión de segundos se armó la discusión, la cual terminaría con dos disparos, uno de ellos, la causa de muerte de Elizabeth. Luego de haber realizado las dos detonaciones, el victimario, se escabulló entre la gente y el pánico, subiendo a una motocicleta en la que se le perdió el rastro.
Pero gracias a las cámaras del C5, la policía pudo dar con su paradero, logrando la detención. “Solo sentí el rozón de una bala porque el tirador estaba cerquita de mí”, explicó uno de los asistentes al baile, que continuaba en el lugar luego de los hechos. De inmediato, el sonidero que ambientaba la celebración se detuvo, mientras los conocidos de la víctima se tiraban al suelo para intentar auxiliarla.
Unos minutos después llegó una ambulancia de la cruz roja. Lamentablemente, nada pudieron hacer los paramédicos por la mujer de aproximadamente 40 años, pues había recibido el disparo de forma directa en la cabeza. Para cuando su cuerpo tocó suelo, ya no contaba con signos vitales. Ya con la certificación de su muerte, elementos de la policía capitalina cubrieron con los mismos vasos de la fista los casquillos que había en el lugar y acordonaron el área, pero de nada sirvió, pues a la zona resguardada pasaba sin fijarse cualquier persona.
“Ahora sí, un chingo de policías, pero ya para qué, siempre llegan cuando ya está muerto, si no ni voltean a ver”, dijo una señora que pasaba por la banqueta. Minutos antes de la medianoche, entre envases de caguamas, chelas rotas, refrescos y comida; el cuerpo de Elizabeth fue levantado por peritos de la alcaldía Cuauhtémoc, quienes ante la vista de sus familiares trasladaron su cadáver al anfiteatro correspondiente.
Luego de las labores periciales, en la banqueta donde cayó la negra, solo quedó el rastro de sangre que se terminó por mezclar con las micheladas que se derramaron a la hora de correr.